El tema de las heces de las mascotas es un tema socialmente sensible, primero porque muchas personas tienen mascotas y, segundo, porque ciertos tenedores son especialmente negligentes con los excrementos de aquéllas y los dejan al descubierto sobre la vía o la grama con la mayor indolencia. La solución socialmente aceptada es el uso de bolsas para recoger dichos residuos y enviarlos al relleno sanitario. Pero que sea socialmente aceptada no significa que sea ecológicamente correcta. Cada día reconocemos más los efectos nocivos del plástico, y aunque se utilicen bolsas biodegradables, los rellenos sanitarios están a reventar y poco importa si la basura que les enviamos es biodegradable o no, igual va a multiplicar su pestilencia al mezclarse con todo lo demás. De manera que la gestión de las heces caninas brinda una oportunidad de negocio prometedora en cuanto busca solucionar un problema real y muy extendido.
La clave para la gestión sostenible de las heces caninas la da la propia naturaleza del residuo. Dado que se trata de material biodegradable -degradable por las bacterias- es a éstas que debemos acudir para paliar el problema. El elemento en el que por excelencia se encuentran los microorganismos (hongos y bacterias) descomponedores de la materia fecal es el suelo. Así que la tierra es el medio de conversión para llevar a cabo el proceso de descomposición y evitar la acumulación de heces. En condiciones normales y con poca afluencia de público, los hongos y bacterias presentes en el suelo son suficientes para proceder a la transformación de la materia orgánica sepultada en él. Sin embargo, cuando el número de heces se multiplica, necesitamos también multiplicar el número de microorganismos descomponedores.
De suerte que el desarrollo de este negocio consiste en la instalación de contenedores provistos con una mezcla de tierra, hojarasca y microorganismos descomponedores en diferentes puntos de la ciudad como parques y complejos urbanísticos y comerciales para que los dueños de las mascotas puedan ir depositando diariamente los desechos de las mismas a la hora de su paseo habitual. Una especie de compostaje (no destinado a abono de suelos agrícolas debido al riesgo bacteriológico que implica el excremento animal) entre tierra, hojarasca y microorganismos puede ser el sustrato perfecto para transformar las heces caninas.
El tipo de contenedores utilizados pueden ser jardineras de cemento de un área de 1 mt2 y 50 cms de altura, o si se prefiere, materas de barro anchas de aproximadamente 80 cms de altura para facilitar el acceso, ambas provistas con una pala pequeña para proceder al enterramiento de las heces, atada por un cordel o cadena a un mástil o poste metálico para evitar que se extravíen.
Dado que la transformación de las heces en este tipo de sustrato es una especie de compostaje, requiere un grado ideal de humedad para que se realice el trabajo de descomposición correctamente. Si está demasiado húmedo se pudre generando olores ofensivos, y si está demasiado seco, los hongos y bacterias descomponedores mueren y dejan de llevar a cabo el proceso de transformación de la materia fecal.
Así que quien se incline por este tipo de negocio necesita un buen conocimiento o asesoramiento en temas bacteriológicos para determinar el tipo de bacterias necesarias, los tiempos de conversión, el medio de cultivo; si requiere usar lombrices, si el matero o jardinera deben estar bajo techo, y todos los demás temas que permitan garantizar una técnica y ecológica conversión de esos residuos, sin generar molestias ni riesgos de ningún tipo (te dejo un artículo de la Gaceta de la Universidad Autónoma de México que señala que, a pesar del potencial patógeno de las heces caninas, es posible compostarlas con vistas a su uso en la agricultura por medio de la lombriz roja californiana)*.
Te dejo igualmente el ejemplo de una paca biodigestora elaborada en una unidad residencial en Sabaneta (Antioquia) para compostar las heces caninas al aire libre. De manera que las soluciones ecológicas para los excrementos animales son variadas y parecen multiplicarse, y con ellas las posibilidades de establecer un negocio sostenible.
Si estás interesado en esta opción puedes comunicarte al correo sembrandofamilia@gmail.com o al número de contacto 3017004705 para cualquier asesoría.
Un aspecto muy importante y que no podemos dejar escapar es que el negocio de los sanitarios caninos no termina con la venta e instalación de las jardineras o materas; sino que requiere un agenciamiento permanente y un acompañamiento a la ciudadanía para que realice correctamente el procedimiento garantizando su éxito. Así que las líneas de este negocio sostenible son claramente tres:
Mobiliario físico (instalación de contenedores, palas, lombrices, sustrato, etc…)
Operación del sistema sanitario (gestión y vigilancia de su correcto funcionamiento)
Promoción de una nueva cultura ciudadana (instrucción y acompañamiento a la ciudadanía en este nuevo modelo de gestión de los residuos caninos)
Dado que el manejo de las heces caninas se ha convertido en un problema socialmente extendido y prácticamente de salud pública si tenemos en cuenta las enfermedades que puede causar el excremento animal que se deja abandonado en la vía y peor aún el que se está enviando a los rellenos sanitarios, quien opte por este modelo de negocio puede proponerlo a unidades residenciales privadas e incluso a la administración pública, inicialmente para los sitios de mayor concurrencia como prueba piloto para extender el modelo a otros escenarios de la ciudad.
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