top of page

CAMIONES CISTERNA


De la mano con la propuesta anterior de un supermercado a granel, corre la de una flotilla de camiones cisterna para el embalaje y transporte de víveres y abarrotes. Ciertamente no hay nada nuevo en proponer el uso de camiones con tanques o depósitos para el envío de mercancías. Éstos se usaron para el transporte de leche, vino y aceite, y se usan en la actualidad para el transporte principalmente de combustibles y químicos. Pero dado el auge y versatilidad de la industria de los empaques y las ventajas que trae aparejadas, la mayor parte de los fabricantes ha optado por empaquetar su producción para la venta al detal, y lo más sostenible que suele proponerse, es el uso de empaques de papel* para reemplazar a los de plástico. Pero es aquí donde quisiéramos llamar la atención: si los camiones-cisterna se utilizaron en el pasado para el transporte de alimentos, y se usan en la actualidad para ciertos gases y líquidos, ¿qué impide que los podamos usar para el transporte de granos, harinas, salsas y cualquier otro producto de la canasta familiar? 



Ciertamente no se está proponiendo aquí nada nuevo. Lo que se propone es revalorizar las ventajas de una tecnología ya conocida para el logro de un objetivo ambiental. La mejora que, en términos de disminución de residuos, representaría la instalación de un sistema de cisternas o incluso de big packs (grandes bolsas) retornables para el transporte de materias primas y/o producto terminado, sería astronómica. La capacidad de las cisternas varía entre 5 mil y 50 mil litros o más. ¿Te imaginas cuántos empaques podrían ahorrarse en un sólo viaje? Ello no solamente reduciría costos ambientales sino económicos. No hay que olvidar que la enorme sofisticación de muchos empaques, a veces relacionada con la conservación y alargamiento de la vida útil del producto pero también obedeciendo a la simple estética o a las tendencias del mercado, encarece enormemente su costo final; al punto que muchas veces vale más la envoltura que el propio contenido.



No hay duda que los camiones-cisterna podrían ser la solución a la producción masiva de empaques dada su gran versatilidad y costos comparativos, y podrían convertirse en un negocio lucrativo, en especial, hoy día que la legislación avanza hacia la prohibición de plásticos de un solo uso, y las tasas impositivas hacen viable y atractivo el tránsito a otra forma de distribución. Una oportunidad por demás interesante para las actuales empresas productoras de empaques y conocedoras de la industria de alimentos, que quieran transformar su razón social hacia la distribución sostenible. Un dato interesante en esta dirección es que no se requiere la propiedad de los vehículos como tal. Bajo un modelo de renting o alquiler es posible prestar el servicio de transporte de carga.


Por supuesto, hay varios retos que enfrentar para emprender en este campo. El primero de ellos, tiene que ver con la conservación del producto durante su transporte, esto es, con la preservación de sus condiciones organolépticas, su inocuidad, calidad y demás. De allí que las cisternas o depósitos tengan que fabricarse con recubrimientos internos especiales grado alimenticio para conservar intactas las condiciones y características de los alimentos, y manejar un perfecto protocolo de asepsia para el cargue y descargue de cada producto. Así que quien se quiera medir en este campo, debe poner toda su capacidad técnica e intelectual al servicio de un diseño de transporte que traslade la materia prima desde su lugar de cosecha hasta la fábrica o lugar de transformación, y de allí, como producto terminado hasta el supermercado o lugar de distribución, bajo el eslogan fresco del campo a tu mesa y sin empaques, conservando intactas todas sus características y atributos.



Ese es el segundo reto, el ingreso del producto al supermercado. Y no es un desafío menor, requiere aunar muchas voluntades para concertar el envío, la recepción y el almacenamiento del producto en tolvas o surtidores de los que el consumidor final podrá tomarlo llevando su propio empaque reutilizable. De allí que esta idea de negocio sostenible deba ser articulada con la anterior, pues un supermercado a granel requiere de un transporte en cisternas y viceversa, el transporte en reservorios o cisternas necesita la existencia de tanques dispensadores en los supermercados y tiendas para albergar la carga que transportan.  



El tercer reto importante en este tipo de negocio, es que requiere una compleja logística de transporte para garantizar la carga en todos los trayectos, pues ni es económica ni ecológicamente sostenible que éstos viajen con el depósito o contenedor vacío. Pero justamente hoy que las telecomunicaciones están a la vanguardia, debería crearse -si no existe ya- una aplicación que funcione como una especie de bolsa o central de carga donde cada empresa oferte diferentes cargas para transporte, y los transportadores puedan ajustar el round-trip o viaje de ida y regreso, viabilizando así el servicio. 






*Sobre el uso de papel en reemplazo del plástico, es importante recordar que, aunque aquél es biodegradable, también tiene su propia huella ambiental negativa al demandar recurso vegetal. Para detalles, ver en Blog el post ¿Bolsa de papel o de plástico?

Comentários


bottom of page