En el tema de la sostenibilidad, los servicios ocupan un lugar central. El servicio a domicilio es quizás uno de los servicios que más huella ambiental genera no sólo por las emisiones del transporte sino muy marcadamente por el uso de empaques. Y esto es especialmente cierto en el caso de la repartición diaria de desayunos y almuerzos cuyo despacho ocurre en su mayoría en recipientes sintéticos bien sea de plástico, icopor y últimamente de cartón que, aunque biodegradable, no por eso deja de significar un gasto de recursos naturales representado en árboles. Así que el presente negocio sostenible será un restaurante no abierto al público, sino especializado exclusivamente en el despacho a domicilio de forma ecológica.
Para ello puedes requerir un local o hacerlo desde tu propia casa si cuentas con el espacio necesario. Se requiere un espacio para la preparación, cocción, empacado, lavado y secado de todo el menaje básico. Así que necesitarás de una buena cocina: amplia, aireada, iluminada, con paredes, mesones y salpicaderos lisos e impecables para facilitar tu tarea diaria. Si se trata de un local debe tener las mismas características y de ser posible contar con un acceso ancho y despejado que facilite la entrada y salida constante del personal encargado de los despachos. Una vez definido el espacio, vayamos al menaje utilizado para la distribución de los alimentos.
La meta principal de un restaurante sostenible es no generar la avalancha de empaques que diariamente genera el servicio a domicilio. Así que lo primero que requiere tu negocio es aperarse de una buena cantidad de recipientes reutilizables para empacar sopas, secos, ensaladas y jugos en primer lugar. Sería ideal que pudieras hacerlo en frascos y recipientes de vidrio por asepsia y obviamente por razones ecológicas. Sin embargo, si eso complica mucho tu operación puedes usar metal o plásticos, eso sí reutilizables.
Como la meta es no generar nada desechable, nada puede ir envuelto en papel aluminio ni película plástica con la excusa de que no se derrame. Así que debe tratarse de menaje con cierre hermético. Consíguelo de la mejor calidad que encuentres en el mercado. Apto para consumo humano, apto para soportar temperaturas extremas altas y bajas, y por supuesto, lo más durable que se pueda. Si lo compras de baja calidad por económico, pronto se estropeará, obligándote a reemplazarlo con uno nuevo; lo cual no sólo te implica sobrecosto a ti sino a la naturaleza que tendrá que lidiar con otro residuo, además de que tu plus de restaurante ecoamigable se perdería.
El menaje básico debe constar de unas cajitas soperas redondas o cuadradas de tamaño medio que te servirán tanto para las sopas como para los secos. La ensalada puede empacarse en recipientes un poco más pequeños, y los jugos necesitarán envases cilíndricos muy especialmente herméticos. Los cubiertos serán obviamente metálicos, ojalá no muy pesados, para viabilizar su transporte, aunque sería ideal que tus clientes, que están cada día en la misma oficina, consultorio, colegio o despacho puedan tener sus propios instrumentos para comer allí.
De hecho, lo más expedito para viabilizar la distribución diaria de comidas sería que los potenciales comensales tuvieran consigo todos los días la misma vajilla para recibir en ella su propio almuerzo devolviendo de inmediato el recipiente en que les fue llevado. Eso requiere por supuesto que tu clientela sea consciente del tema ambiental para que también coopere y la operación sea un éxito. Así que puedes proponerles dos sistemas de distribución: Uno en el que ellos utilizan tus recipientes para comer directamente en ellos apenas los reciben, y otro en el que simplemente trasvasan la comida a sus propios recipientes.
En el primer caso, la dinámica consistiría en prestar los recipientes a tus clientes mientras almuerzan, y volver por ellos al día siguiente cuando envíes el nuevo despacho para no hacer dos viajes en el mismo día (uno para llevar las comidas y otro para volver por los empaques), lo que haría muy costosa y complicada tu operación; además porque debes comprometerlos a que los devuelvan bien lavados, pues si los guardan sucios eso te haría más difícil su lavado. Esa es una opción viable, por supuesto, pero con sus propias complicaciones.
En el segundo caso (más difícil desde el punto de vista del consumidor), la dinámica consiste en trasvasar los alimentos a sus propios platos y vasos para liberar de inmediato tus recipientes. Las ventajas que para tu operación tiene el que ellos trasvasen el almuerzo a sus propios recipientes inmediatamente lo reciben, es que te pueden devolver ahí mismo tu menaje, con lo que no tendrás que volver más tarde ni al otro día por él, ni tendrás que prestarlo exponiéndolo a roturas, quemaduras, extravío o cualquier uso indebido; además de que no tienes que insistirles en que te lo devuelvan lavado, ni gastarte más tiempo lavándolo al día siguiente por ser residuos del día anterior.
Es obvio que para convencer a tu clientela de entrar en esta dinámica necesitas algo más que un discurso medioambiental, necesitas establecer un diferencial de precio entre el almuerzo con recipiente y el almuerzo sin recipiente, lo suficientemente convincente para hacer que tus clientes prefieran siempre devolverte la vajilla de inmediato. El porcentaje es variable, puede oscilar entre un 10% o 15% o lo que según tus cálculos te ahorre no prestar ese menaje.
Un punto importante y que denota esmero en tu quehacer, es que el producto sea sellado con un sello de seguridad de papel reciclado que garantice que los alimentos no fueron abiertos durante el trayecto. Tu reto es construir un nombre confiable alrededor de tu buen servicio. Alimentos de calidad, exquisitamente preparados, altamente confiables, empacados según los más exigentes estándares de inocuidad en recipientes perfectamente lavados e higienizados según un protocolo diario, así como puntualidad y atención al cliente son los garantes de tu éxito.
En cuanto al transporte y dados los últimos análisis respecto a que las energías alternativas tienen su propia huella ambiental representada en el uso de baterías para el almacenamiento de la energía, no atinamos a recomendarte automotores eléctricos. Sería excelente que las personas que te ayuden pudieran usar bicicletas; pero en caso de que no lo juzgues conveniente, creemos que es posible usar el transporte convencional con una buena planificación en los recorridos además de una afiliación a un programa de siembra de árboles; eso sería suficiente para compensar la huella de carbono de tu operación.
Por último, sólo nos queda recomendarte un buen trabajo de mercadeo. Restaurantes hay muchos, pero restaurantes a domicilio con menaje reutilizable, no es precisamente una opción que pulule, así que te toca empezar por darte a conocer entre tus clientes potenciales. Visitar oficinas o hacer publicidad en redes sociales es vital para dar a conocer tu negocio y todas las ventajas que para todos tiene consumir en ese formato. Es sin duda un emprendimiento retador, pero lleno de expectativas prometedoras porque no sólo tienes clientes potenciales por cientos -la gente tiene que comer todos los días- sino que la comida es el negocio donde el retorno está asegurado de inmediato.
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