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CEPILLO DE DIENTES CON CABEZAL INTERCAMBIABLE

Updated: Sep 20

Si algún residuo persiste en el entorno doméstico, son los cepillos de dientes. Sea que se cambien cada seis meses, cada tres como recomiendan los odontólogos, o cada mes como lo hacen algunos porque éste ya no cumple con los estándares de barrido adecuado, los cepillos de dientes son un residuo que se acumula en el hogar. Desde luego, se les pueden dar muchos usos en casa para el aseo de ropa, lavamanos, esquinas y demás superficies de difícil acceso; pero ello no cambia el hecho incuestionable de que son residuos frecuentes, y al final se van al relleno sanitario o al reciclaje con su consabida huella ambiental.


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En la actualidad, y para minimizar la polución por plástico, los cepillos de dientes tradicionales se han tratado de reemplazar por cepillos de bambú. Pero aunque se trata de una iniciativa muy bien intencionada, tiene dos inconvenientes que empañan su éxito: el primero, que por tratarse de un material biodegradable, al estar expuesto a la humedad constante (por el uso, por el sitio donde lo guardas), puede generar proliferación de hongos y bacterias, y convertirse en una amenaza para la salud periodontal. El segundo inconveniente, es que aunque sea biodegradable, igual se está usando como desechable, lo que implica tener que proceder a la explotación intensiva de una materia prima, y a la fabricación y distribución de un producto terminado con la consecuente huella ambiental. Así que aunque se biodegraden, los cepillos dentales de bambú tienen su propio impacto, y tampoco dejan de ser enteramente un residuo problemático porque sus cerdas siguen siendo de nylon.


Así que hay aquí una buena oportunidad de negocio si consigues al menos convertir en reutilizable por tiempo indefinido, la parte que tiene más plástico: el mango. Pero antes, veamos cómo es el proceso de fabricación de un cepillo de plástico estándar. Hacer un cepillo de dientes desde cero es un proceso relativamente sencillo. Lo primero es asegurarse de que su materia prima satisface los estándares de seguridad alimentaria y las regulaciones sanitarias del país donde se produce (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos INVIMA en Colombia) puesto que va a estar en contacto con las mucosas bucales. Por ello, deben hacerse previamente unas pruebas de control a la materia prima, para asegurarse de que cumple con las especificaciones requeridas -calidad del plástico, tipo de componentes, etc....


La materia prima para un cepillo de dientes es básicamente nylon para las cerdas y pellets de plástico y resinas plásticas para el mango. Grosso modo, el proceso es el siguiente: los plásticos y resinas plásticas son fundidos en un mezclador automático que alimenta una máquina de moldeo por inyección, de la que resultan los mangos como producto parcial. Las cerdas vienen de bobinas de nylon trenzado que se cortan a la longitud requerida, y son insertadas automáticamente en los mangos por medio de una máquina de encerdados. Posterior al proceso de encerdado, las cerdas o filamentos son moldeados y recortados automáticamente por una máquina que les da el redondeo y pulimiento requeridos. La parte final del proceso es el empacado que también es automatizado.


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En los cepillos de dientes corrientes, el mango es de una sola pieza, y la parte más compleja del proceso corresponde al insertado de las cerdas en el cabezal. Para hacer realidad un modelo de cepillo dental con mango reutilizable y cabezal intercambiable -de modo que no haya que estar desechando un cepillo completo cada tanto sino sólo una parte- es preciso troquelar un nuevo mango con unas especificaciones que permitan el ensamble requerido.


En realidad se trata de una solución obvia, pero que todavía no parece cundir en el mercado. En principio, el diseño del cepillo puede hacerse de dos maneras, fabricando su cabeza con un extremo inferior que simule un tornillo y se adapte al mango que, a su vez, debe tener un ahuecamiento o cavidad para servir de rosca y darle ajuste y sujeción perfectas; o también puede diseñarse de modo que la cabeza termine en una punta cuadrada y entre a presión dentro de la cavidad también cuadrangular del mango, para que no se gire durante el cepillado. Así que estamos hablando de dos máquinas troqueladoras distintas, una para hacer los mangos y otra para los cabezales; sin duda, un proceso un tanto más complicado, pero nada que un buen ingeniero mecánico y un diseñador de producto no puedan sacar avante.


Prototipo realizado con IA
Prototipo realizado con IA

La cabeza debe tener un cuello más corto que el de este prototipo para ahorrar plástico, y podrá venir en una cajita de cartón sellada igual de pequeña a su contenido, evitando todo malgasto de material. La carcasa o armazón plástico transparente, que en la actualidad traen casi todos los cepillos de dientes, no se recicla y es totalmente innecesaria para la presentación y protección del producto. Importantísimo que en la cajita protectora aparezca la página web del fabricante de la cabeza dental móvil y, en dicha página, los contactos de las empresas de reciclaje que reciclan el cabezal una vez se convierta en residuo (el mango, por supuesto, debe ser tan compacto que pueda durar muchísimo tiempo, y no haya que proceder a su reemplazo por varias décadas).


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Se calcula que una planta que produce aproximadamente 200 mil cepillos de dientes por mes, funciona con 11 empleados, y entre su maquinaria tiene máquinas de moldeo por inyección, mezcladoras y cortadoras https://es.scribd.com/document/473313898/Planta-de-produccion-de-cepillos-de-dientes 


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La presente es una página de coaching ambiental guiada por un interés principalmente pedagógico. Las ideas y estrategias expresadas aquí son de carácter gratuito y su único propósito es cooperar en el logro de una sociedad ambientalmente sostenible; por ende, su puesta en marcha es responsabilidad y corre por entera cuenta de quien quiera materializarlas.

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