PLANTA DE LAVADO Y ESTERILIZACIÓN DE ENVASES
- Marta Restrepo
- Jun 17
- 4 min read
Updated: Jul 22
Lo primero que sabe reconocer un buen emprendedor, es cuando el mercado está listo para un nuevo producto o servicio. El uso de envases retornables fue un lugar común en las prácticas de consumo previas a los años 80; pero a partir de esta década, el boom de la petroquímica y su creación de envases plásticos alrededor del mundo hizo que el consumo se volcara hacia el envase no-retornable, que le brindaba al consumidor, la comodidad de llevar consigo la botella al tiempo que la confianza de consumir en empaques higiénicos; y al productor, la posibilidad de ahorrarse los costos del lavado de los envases además de una compleja logística de distribución.
Pues bien que cuatro décadas más tarde, y viendo los desastres que la proliferación de envases plásticos ha generado en la naturaleza, podemos decir que nos urge retornar a los sistemas tradicionales. Así que una planta de lavado y esterilización de envases de vidrio, surge como una excelente propuesta de negocio sostenible, no sólo por la bondad de su propósito: reducir la proliferación de envases, sino por la cantidad de empresas que actualmente están requiriendo este servicio.
Aunque se reconocen las bondades del plástico para el envasado, no hay duda que la industria enfrenta una disyuntiva por razones ecológicas que la fuerza a retornar a la botella de vidrio. Y no sólo a la botella de vidrio sino a la botella de vidrio retornable; porque aunque se trate de vidrio, su producción desde cero tiene una alta huella de carbono, así como su reciclaje que es intensivo en energía. De suerte que tienes clientes asegurados, porque todas las empresas de gaseosas, cervezas, yogures, jugos, refrescos, salsas, mermeladas, conservas y similares están enfrentando el mismo dilema del desechable. De modo que utilizar envases esterilizados se perfila como una excelente opción, que también les dará a tus clientes presencia y visibilidad en el mercado como productores responsables. Una razón que tú puedes esgrimir a la hora de ofertar tu servicio.
Lo primero para iniciar este negocio es hacerte con el equipo necesario para el lavado, enjuague y esterilización de botellas. Puedes encontrar en el mercado máquinas en diferentes modelos, especializadas en la industria de alimentos y bebidas, farmacéutica o cosmética. Están diseñadas para eliminar partículas de polvo, microorganismos o cualquier otro tipo de contaminante mediante agua, aire comprimido o soluciones desinfectantes. El lavado puede ser por inmersión, pulverización o con cepillo, según se requiera. Pueden lavar todo tipo de botellas desde 5 mL hasta 60 Litros sin importar que tan grande o pequeña sea su boquilla. Las hay de diferente capacidad, que lavan desde unas pocas decenas de botellas, a unas de mayor tamaño que pueden lavar entre 100 y 1000 botellas por hora (según tamaño y ciclo); vienen con panel de control automatizado, ciclos de lavado preprogramados o configurables, y lo más importante, ecológicas, pues no sólo ahorran agua y energía, sino que al usar temperatura para la esterilización, no requieren productos químicos nocivos, devolviendo las aguas al medio ambiente sin generar contaminación. Explora el mercado y encontrarás muchas posibilidades.

Así que el desafío con este tipo de negocio no es la tecnología de limpieza que ya existe, sino lograr que los consumidores hagan su parte a través de una campaña educativa. Pero antes de saber en qué consistirá tu campaña educativa debes definir la naturaleza de tu servicio; es decir, debes escoger si sólo ofreces servicio de lavado a las diferentes empresas que te faciliten el material posconsumo (botellas sucias), o si también vas a ofrecer el acopio previo del material posconsumo (con su correspondiente diferencial en precio) para entregarlo ya lavado y hacer el ciclo completo. Desde luego, es mucho más sencillo si simplemente prestas el servicio de lavado y la empresa interesada te facilita los envases, pero eso ya depende de las necesidades de cada cliente y de lo que pactes con ellos. Una u otra opción son perfectamente viables.

Ahora sí, dependiendo de si ofreces uno o los dos servicios, tu campaña educativa constará de uno o dos momentos. El primer momento, que consiste en hacer que los consumidores laven el frasco luego de acabado su contenido. Así que puedes crear un eslogan que diga algo así como: frasco acabado, frasco lavado, que los inste a lavar los envases inmediatamente los vacien, impidiendo que los residuos se peguen en el fondo para facilitar su posterior esterilización.
Una vez que los laven, el segundo reto o momento es hacer que los consumidores los entreguen en un horario específico (si vas a usar una logística de recolección puerta a puerta) o los lleven a ciertos puntos de acopio en determinados sectores o instituciones de la ciudad. Para este fin puedes también trabajar de la mano de las empresas recicladoras y así obtener más fácilmente el material. En esta tarea, las redes sociales te pueden ser de inmensa ayuda para que más gente vaya identificando con claridad donde depositar el material. Pactar con tus clientes la colocación de un sticker con una dirección web en el cuerpo de la botella, donde se especifique a qué puntos pueden los consumidores llevar estos envases con destino a su lavado, será de gran ayuda para ambos. Es una tarea larga y retadora sin duda, pero la educación es el recurso a la larga más seguro, porque una vez la gente entiende la bondad de cierta práctica, lo hará autónomamente, sin que se le tenga que repetir.
Importantísimo que utilices algún sello de calidad para garantizar la inocuidad de los recipientes luego del proceso de esterilización, que les permita a tus clientes y a sus consumidores tener total certeza de tus buenas prácticas de manufactura. Recuerda que la regla número uno de todos los negocios es la confianza, y en el ámbito de la reutilización ésta es definitiva. Puedes usar tapas metálicas nuevas para garantizar la inocuidad y presentación del producto, y para preservarlo una vez higienizado.
También podrías negociar el llenado de los frascos con el nuevo producto, pero eso ya va más allá de tu propósito principal que es el lavado. Eso depende de qué tan grande quieras ser, de tu disponibilidad de capital y de la tecnología con que cuentes. Lo importante es que te animes a empezar, el lavado de envases retornables de vidrio fue una constante en la industria antes de que apareciera el plástico, y funcionaba perfectamente bien hasta que éste apareció con todas sus promesas de comodidad, llevándonos lentamente a los problemas de contaminación que ahora enfrentamos, y que tú puedes ayudar a paliar si te decides a emprender en esta dirección.